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Si te preguntan cuáles son los órganos del cuerpo, posiblemente vengan a tu mente órganos que internos como el cerebro, el corazón y los pulmones; pero en realidad existe un órgano que están en la parte exterior del cuerpo, el cual es la piel. La piel es el órgano más grande del cuerpo, pesa alrededor de 8 libras en los adultos y si la extendiéramos cubriría alrededor de 20 pies cuadrados. Aunque es verdad que sin la piel te desmoronarías, el ser la cubierta de tus órganos y sistemas internos es solo una de sus múltiples funciones importantes.
Entre otras de sus funciones se encuentran:
La piel está compuesta de tres capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. Cada una de ellas está compuesta de varios componentes y tiene una estructura única que le permite cumplir con sus diversas funciones.
La epidermis
La epidermis es la fina capa exterior de la piel que actúa como barrera, protegiendo tu cuerpo de los elementos dañinos como los rayos solares, las toxinas y los gérmenes. La epidermis tiene cuatro capas distintas y está compuesta de diferentes tipos de células, como por ejemplo, queratinocitos, melanocitos y células de Langerhans. La mayor parte de células que componen tu epidermis son queratinocitos, estas células producen una proteína denominada queratina, la cual le da estructura a tu piel estructura y le ayuda a formar una barrera protectora.
Los melanocitos constituyen alrededor del 5% de la epidermis y son responsables de producir melanina, un pigmento que absorbe la radiación UV y que se produce como respuesta a la exposición solar y por lo tanto se piensa que protege a la piel del daño causado por la radiación UV. La melanina es una sustancia que le da su color a tu piel. Los tonos de piel más claros tienen una menor cantidad de melanina mientras que los tonos de piel más oscuros tienen más melanina. Las células de Langerhans, que también constituyen alrededor del cinco 5% de la epidermis, son células inmunitarias que actúan como línea frontal de defensa contra gérmenes y otros invasores dañinos.
La epidermis se auto regenera constantemente; se forman nuevas células en las capas más profundas y luego avanzan a la superficie en el transcurso de un mes. A medida que las células avanzan a la superficie, se vuelven más grandes, más planas y se unen para formar una capa perdurable de piel. Con el tiempo, estas mueren o se desprenden mediante un proceso al que nos referimos como renovación celular.
La dermis
La dermis se encuentra debajo de la epidermis y es la capa más gruesa de tu piel, se mantiene unida por el tejido conectivo y almacena una gran porción del suministro de agua de tu cuerpo. El componente principal de este tejido es el colágeno, una proteína que le da fortaleza a tu piel; otro componente más pequeño es la elastina, una proteína que le da elasticidad a tu piel. A medida que pasan los años, tanto el nivel de colágeno como el de elastina disminuyen, haciendo que tu piel se arrugue y se vuelva flácida.
La dermis también contiene folículos pilosos, terminaciones nerviosas, glándulas sebáceas, glándulas sudoríparas, vasos sanguíneos y vasos linfáticos. Los distintos tipos de pelo que producen los folículos pilosos ayudan a regular la temperatura, a protegerte de lesiones y a maximizar las sensaciones. Las terminaciones nerviosas son las responsables de que se sintamos la temperatura, la presión y el dolor.
Las glándulas sebáceas ayudan a mantener la piel humectada y proporcionan una barrera protectora contra las sustancias externas. Las glándulas sudoríparas ayudan a regular la temperatura al producir el sudor, el mismo que enfría tu cuerpo a medida que se evapora de tu piel.
Los vasos sanguíneos que se encuentran en la dermis suministran nutrientes a tu piel y ayudan a regular la temperatura corporal. Cuando hace frio, los vasos sanguíneos se contraen para ayudar a retener el calor del cuerpo; cuando hace calor, los vasos sanguíneos se dilatan para permitir que circule más sangre cerca de la superficie, lo cual ayuda a disipar el calor. Los vasos linfáticos suministran linfa a la piel que es una sustancia que contiene células inmunitarias, la cual asiste en la protección ante invasores externos.
La hipodermis
La hipodermis (también conocida como capa subcutánea) se encuentra debajo de la dermis y está compuesta mayormente de grasa y tejido conectivo. La grasa ofrece un acolchonamiento protector y aislamiento y sirve como un área de almacenamiento de energía. El grosor de esta capa depende del lugar donde esté ubicada en el cuerpo. Ciertas áreas, como por ejemplo el abdomen, pueden tener varias capas de grasa, mientras que la piel que cubre los párpados tiene muy poca grasa. Esta capa de tejido grasoso disminuye con la edad, causando que la piel se vuelva flácida o se arrugue.
Una buena nutrición es importante para la salud de la piel. Tanto los macronutrientes (carbohidratos, proteínas, grasas) como los micronutrientes (vitaminas, minerales) son necesarios parar respaldar las funciones de tu piel y pueden obtenerse de dos formas:
Debido a la alta densidad de vasos sanguíneos en la dermis, las capas dérmicas reciben un mejor respaldo de los nutrientes que se proporcionan a través del torrente sanguíneo, los cuales provienen de los alimentos que ingieres. Y por otro lado, la epidermis probablemente se beneficia más de los nutrientes que se obtienen de las aplicaciones tópicas. Los vasos sanguíneos no alcanzan a llegar a la capa externa de la piel y debido a su estructura entretejida, existe muy poco movimiento de nutrientes desde la dermis hacia la epidermis.
En cuanto a las aplicaciones tópicas, el medio por el que se suministran los nutrientes es importante dado que la capa superior de la epidermis, el estrato córneo, actúa como una barrera que previene el paso de muchas sustancias. La estructura única de la epidermis también limita la pérdida de nutrientes vitales y agua en el tejido subyacente.
Para lograr que los nutrientes beneficiosos lleguen a la epidermis, se utilizan métodos específicos que ayudan a sobrepasar su función de barrera protectora. Por ejemplo:
Para mantener la salud y vitalidad de tu piel es indispensable que la cuides; esto incluye comer alimentos nutritivos y usar productos para el cuidado de la piel saturados de ingredientes beneficiosos. A continuación te presentamos una lista de nutrientes esenciales para tu piel:
Agua: bebe mucha agua para mantener tu piel hidratada y para ayudar a tus células a eliminar las toxinas.
Selenio: el selenio es un micronutriente; solo una pequeña cantidad es necesaria y suficiente ya que un poco, ofrece todos los beneficios que se requieren para ayudar a protegerte contra el daño de los radicales libres, especialmente en tu piel, asegúrate de ingerir suficiente selenio comiendo alimentos como nueces de Brasil, hongos y mariscos.
CoQ10: este potente antioxidante ha demostrado que ayuda a reducir la apariencia de arrugas y otros signos del envejecimiento. El pescado y los granos integrales son una buena fuente de CoQ10.
Vitamina A: come frutas y vegetales anaranjados, así como vegetales de hoja verde para ingerir la cantidad suficiente de este antioxidante. La vitamina A puede ayudar a que la piel luzca menos seca y escamosa e incluso puede reducir la apariencia de arrugas y manchas oscuras.
Vitamina C: este antioxidante se encuentra en las frutas cítricas, vegetales de hojas verdes y crucíferos, como las coles de Bruselas y puede ayudar a prevenir la formación de radicales libres causados por factores medioambientales como la exposición a los rayos UV.
Vitamina E: ingiere suficiente de este antioxidante para evitar que tu piel luzca roja o irritada. Consume suficientes aceites saludables, frutos secos, semillas y vegetales de hoja verde.
Aquí tienes algunos consejos adicionales para mantener tu piel con una apariencia vibrante:
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un nutriente que se encuentra en altas concentraciones en la piel saludable y tiene muchas funciones importantes, entre las cuales se encuentran:
Fotoprotección: la actividad antioxidante de la vitamina C protege contra los radicales libres que se producen con la exposición a la luz solar (radiación UV).1
Síntesis del colágeno: la vitamina C regula la producción de colágeno, una proteína estructural que le da a tu piel su fortaleza. Los estudios sugieren que un mayor consumo de vitamina C está asociado con una mejor apariencia de la piel y menos arrugas. Asimismo, el uso de vitamina C en aplicaciones tópicas al menos durante 12 semanas ha demostrado tener varios beneficios, incluyendo la disminución de arrugas y el aumento en la producción de colágeno.1
Agente que reduce la pigmentación: la vitamina C es una sustancia que interrumpe la melanogénesis, que es el proceso mediante el cual las células producen melanina, un pigmento natural de la piel.3 La hiperpigmentación u oscurecimiento de la piel ocurre cuando existe un exceso en la producción de melanina. Esto se produce debido a varios factores, incluyendo la excesiva exposición al sol, lesiones y cambios hormonales durante el embarazo. Este incremento en la pigmentación no es necesariamente dañino, pero a menudo es molesto. Como agente para reducir la pigmentación de la piel, la vitamina C ayuda a aclarar las manchas oscuras e incluso el tono general de la piel.1,2,3
Fomenta la diferenciación entre queratinocitos: la diferenciación celular es un proceso importante mediante el cual una célula inmadura se convierte en una célula madura y especializada capaz de realizar funciones específicas. Los queratinocitos son el principal tipo de célula de la epidermis y son responsables de la función de la piel como barrera protectora. La vitamina C mejora la diferenciación de queratinocitos, lo cual ayuda a mantener la integridad de la piel como barrera protectora.3
Como mencionamos anteriormente, los nutrientes pueden llegar a tu piel internamente, a través de los vasos sanguíneos, y externamente, mediante aplicación tópica. Para respaldar de mejor forma las capas dérmicas de tu piel, consume alimentos ricos en vitamina C, como por ejemplo frutas cítricas y vegetales de hoja verde. Las aplicaciones tópicas que incluyen vitamina C pueden usarse para respaldar la capa epidérmica, sin embargo, la efectividad de este método depende de la formulación del producto. A continuación te explicamos por qué:
• En la naturaleza, la vitamina C se encuentra en dos formas, como ácido L-ascórbico y como ácido D-ascórbico. El ácido L-ascórbico es una molécula biológicamente activa, lo que quiere decir que puede interactuar con tus células de una manera que afecta la función de tu cuerpo. La forma activa de la vitamina C es una molécula inestable que se transforma en su forma inactiva o ácido D-ascórbico al ser expuesta al aire o a la luz. Cuando esto sucede, la vitamina C ya no proporciona sus efectos beneficiosos.
Varios métodos han demostrado mejorar la estabilidad de la vitamina C en las aplicaciones tópicas, uno de ellos es crear derivados de la vitamina C, lo cual involucra combinar la forma activa o ácido L-ascórbico, con otros ingredientes para crear una molécula más estable que resista los cambios a su estructura al ser expuesta a la luz, que sobrepase el reto de penetrar la barrera natural de la piel y que se convierta en ácido L-ascórbico una vez dentro de la piel. Algunos ejemplos de derivados de la vitamina C incluyen: tetrahexildecil ascorbato, ascorbil fosfato de sodio, palmitato de ascorbilo, ascorbato de retinilo y ascorbil fosfato de magnesio. Al comprar cremas o sérums, fíjate si contienen estos ingredientes.
La salud de la piel es un componente clave del bienestar. Para respaldar la salud y la apariencia de tu piel, consume una variedad de frutas y vegetales y encuentra un régimen para el cuidado de la piel que sea adecuado para tu tipo de piel. Adicionalmente, toma medidas preventivas, como usar bloqueador solar, para proteger tu piel del medioambiente.
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