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Escrito por: Dr. David Vollmer, PhD, Director General Científico
En el creciente campo de estudio de la longevidad, la interconexión entre la medicina, la nutrición y las opciones de estilo de vida, nos permite tener una amplia perspectiva de cómo podemos prolongar no solo la vida, sino también la duración de la salud a lo largo de la vida. A medida que avanza el estudio de la longevidad, se producen profundas implicaciones tanto para el bienestar personal como para los sistemas económicos en nuestro entorno.
La esperanza de vida se refiere al total de años de vida de una persona, mientras que la duración de la salud a lo largo de la vida comprende el período durante el cual una persona se mantiene sana, sin enfermedades crónicas o discapacidades. En los dos últimos siglos, el promedio de esperanza de vida a nivel global incrementó drásticamente, pasando de menos de 40 años en 1800 a más de 70 años en el 2021.1 Este incremento se debe en gran medida a los avances de los servicios de salud, la salubridad y la nutrición.
Sin embargo, este incremento en la esperanza de vida no ha sido paralelo al aumento de la duración de la salud a lo largo de la vida. En muchas regiones, sobre todo en Estados Unidos, las personas viven por más tiempo, pero también pasan más años con problemas de salud, lo que resulta en mayores gastos en cuestiones de salud, sin la correspondiente mejora en su calidad de vida.2
A pesar de que Estados Unidos ha invertido más que cualquier otro país en servicios de salud no se ha logrado aumentar proporcionalmente la duración de la salud a lo largo de la vida. En realidad, la mayor parte de los gastos relacionados con la salud se destinan a tratar enfermedades después de que estas se manifiestan, en lugar de que se destinen a implementar medidas preventivas que podrían prolongar tanto la esperanza de vida como la duración de la salud a lo largo de la vida. Este enfoque de reacción posterior hace que las personas mayores vivan con discapacidades y enfermedades crónicas, una tendencia que puede poner en peligro la sostenibilidad económica de los servicios de salud.
La relación entre el gasto en servicios de salud y los resultados de la salud entre sí, es más evidente al comparar distintos países. Un mayor gasto en los servicios de salud suele correlacionarse con una mayor esperanza de vida, pero no necesariamente con una mejor salud a lo largo de la vida.2 En resumen, aunque se puede alargar la vida mediante tratamientos costosos, no siempre se logra mejorar la calidad de vida en esos años adicionales.
¡A pesar de los desafíos, hay una luz de esperanza! Los avances en materia de longevidad muestran que existe la posibilidad de revertir las tendencias relacionadas con el gasto en servicios de salud si nos enfocamos en las causas subyacentes del envejecimiento en lugar de limitarnos a tratar el problema de salud después de que aparece. Cambiar este enfoque de reacción posterior por un enfoque proactivo no solo podría mejorar los resultados que se obtienen en cuanto a la salud, sino también generar beneficios económicos significativos.
En un estudio se evaluaron diferentes casos para mejorar la esperanza de vida y la duración de la salud a lo largo de la vida, utilizando un método conocido como modelo del Valor Estadístico de la Vida.3 Este modelo asigna un valor monetario a las ganancias que resultan de una vida más larga con mejor salud. El estudio presentó tres casos hipotéticos:
El potencial económico del estudio de la longevidad es enorme y lo que resulta especialmente interesante es que muchas de las intervenciones propuestas están a nuestro alcance. Algunos de los mejores cambios que podemos implementar están relacionados con el estilo de vida, por ejemplo, la dieta, el ejercicio y el control del estrés. También podemos tomar acción respecto a los aspectos celulares específicos relacionados con el envejecimiento.
Además, actualmente se está investigando la relación entre la inmunidad y el envejecimiento. Publicaciones como Inmunidad y Envejecimiento (ver fuentes al final) destacan el papel crítico del sistema inmunológico en el proceso de envejecimiento y cómo puede convertirse en blanco de la intervención en la longevidad.4 A medida que esta área de investigación entra en auge, las compañías especializadas en salud inmunológica, están bien posicionadas para contribuir y beneficiarse de los avances en la ciencia de la longevidad.
Conclusión
La investigación de la longevidad está a punto de revolucionar la salud y la economía. Cambiar el enfoque de solo tratar las enfermedades a controlar proactivamente el envejecimiento, no solo nos ayudará a prolongar la vida, sino a mejorar la calidad de esos años adicionales. El impacto económico de tales avances podría ser transformador, ofreciendo importantes beneficios tanto a las personas como a la sociedad y mientras sigamos explorando e invirtiendo en este campo floreciente, el futuro promete una vida más larga, más sana y más próspera para todos.
Fuentes:
1 El doble de tiempo: La Esperanza de Vida en el Mundo. (En inglés).
2 ¿Por qué la esperanza de vida es menor en Estados Unidos que en otros países desarrollados? (En inglés).
3 El Valor Económico de Centrarse en el Envejecimiento. (En inglés).
4 La Inmunidad y El Envejecimiento. (En inglés).
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